miércoles, 7 de noviembre de 2012

Posición de distintos credos


Judaísmo

Las enseñanzas religiosas oficiales del judaísmo aprueban en principio la aplicación de la pena de muerte: La Torá, (y el Antiguo Testamento de la Biblia cristiana), establecen la pena de muerte para el homicidio, el secuestro, los sacrificios humanos, la magia, la violación del sabath, la blasfemia, las falsas profecías, la adoración de otros dioses, maldecir o pegar a los padres, y una amplia gama de crímenes sexuales (adulterio, homosexualidad masculina, incesto, zoofilia, relaciones sexuales durante la menstruación), debiéndose ejecutar la pena capital según la Ley Mosaica por la espada (Éxodo 21), estrangulamiento, fuego (Lev. 20), o lapidación (Deut. 21).
Sin embargo, el nivel de pruebas acusatorias que requiere para su aplicación es extremadamente exigente, y la pena capital ha sido abolida de facto por varias decisiones talmúdicas, convirtiendo las situaciones en las que podría ser empleada en algo hipotético e imposible en la práctica. 

Islam

El Corán prescribe la pena de muerte para varios delitos (o hadd), como el robo, el adulterio o la apostasía, pero el homicidio no se encuentra entre ellos. En lugar de eso, el homicidio es tratado como un delito común, no religioso, y por tanto entra dentro de la ley de qisas (venganza): los académicos islámicos defienden que la aplicación de la pena de muerte es aceptable, pero que la víctima, o sus parientes más próximos si ésta ha fallecido, tienen el derecho de perdonar al acusado o exigirle un pago en compensación.

Cristianismo

La interpretación moderna que se da de la Biblia (Juan, 8:7) desaprueba la pena de muerte, aunque es cierto que el Antiguo Testamento exige la pena capital para varios delitos (adulterio, insultar o pegar o desobedecer a los padres, zoofilia, etc). Pese a sostener que Jesucristo y muchos mártires murieron ajusticiados, las distintas confesiones cristianas no se han opuesto formalmente a la pena de muerte hasta fechas recientes. La posición cristiana se ha modificado radicalmente a favor de la abolición en el S. XX., después de aprobar durante siglos la pena de muerte en la hoguera para delitos tales como el de herejía.

Doctrina actual de la Iglesia Católica


Los pronunciamientos recientes de la Iglesia oponiendose a la pena capital pueden tener cierto impacto político. La Iglesia Católica contemporánea rechaza hoy toda forma de ejecución y así lo ha expresado en relación a las últimas ejecuciones en diversas partes del mundo, los recientes intentos polacos de reinstaurar la pena de muerte, o las ejecuciones cometidas en países comunistas, como Corea del Norte, la antigua URSS o Cuba. La Iglesia de San Francisco de Asís en Raleigh, Carolina del Norte, ha llevado el tema de la pena de muerte al candelero de la vida política.

Iglesias Anglicana y Episcopaliana

La Conferencia de Lambeth de obispos anglicanos y episcopalianos condenó la aplicación de la pena capital en 1988.

Iglesia Metodista Unida


La Iglesia Metodista Unida, junto con otras iglesias metodistas, también condena la pena capital, afirmando que no se puede aceptar la venganza personal o social como razón para tomar una vida humana. La iglesia también sostiene que la pena de muerte se aplica en una proporción injusta y desigual a personas marginadas, incluyendo a pobres, personas con baja o nula formación académica, minorías religiosas y étnicas, y personas con enfermedades emocionales y mentales.



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